Parodiando un poco el aliento que se escucha desde las tribunas francesas me decidí allá lejos en el tiempo a escribir algo sobre el Club Atlético San Martín, club del cual soy hincha.
Lo escribí en épocas en que el santo jugaba la B, (la temporada que ascendió) y fue publicado en http://www.la-redo.net/, página que está muy buena y los invito a leerla.
Basta de preámbulos, la historia del día dice así:
Compatriotas, les escribo desde la República de Tucumán, tierra de las empanadas y de los chori en mal estado, tierra que vio nacer a luminarias como Juan Bautista Alberdi, Mercedes Sosa, Palito Ortega (?) y más acá Marianela Mirra (?).
Todo esto para contarles que el fornido muchacho que ven en la foto es el presi de mi querido San Martín de Tucumán. Su nombre: Rubén Ale, alias La Chancha. ¿Por qué en femenino y no en masculino? Nadie en su sano juicio aún se atrevió a preguntarle.
Paso a contarles la biografía no autorizada del muchacho en cuestión.
Históricamente en Tucumán existieron dos bandas, Los Ale y Los Gardelitos. Los primeros, comandados por nuestro protagonista y su hermano, Ángel “El Mono” Ale. ¿Por qué en masculino y no en femenino? Tampoco ningún ser con dos neuronas activas jamás se lo preguntó.
El bando rival prácticamente desapareció de la provincia, se dice, invitado gentilmente a dejar el terruño y afincarse en Buenos Aires.
El héroe de nuestro relato tuvo que soportar la ganga de dos añitos de cárcel por explotación de prostíbulos, aprietes y control del juego clandestino. Sumémosle a esto la sospecha por asesinato de policías. Lo que se dice un tipo que sufrió una tremenda campaña de prensa en su contra. Como si fuera poco, en los años ‘90 fue juzgado junto a su hermanito por asociación ilícita, aunque ambos fueron absueltos.
Como aparentemente este muchacho ya había desarrollado todas las actividades ilícitas habidas y por haber, empezó a transitar el camino de la pseudolegalidad, digamos que más pseudo que legalidad…
Instaló con capitales propios (?) la remisería Cinco Estrellas, cuyos móviles se caracterizan por poseer en su parabrisas justamente 5 estrellas. ¿Original, no? Seguramente se imaginan un móvil cinco estrellas: último modelo, aire acondicionado, un chofer muy bien educado, etc. Bueno, imagínense ahora todo lo contrario, y más aún.
La flota de autos llegó a ascender, según comenta la gente, a 3.000 autos, los cuales son utilizados por el poder de turno para trasladar a la gente a votar. Además, instaló un boliche bailable. ¿El nombre? Como Cinco Estrellas ya estaba en uso lo bautizó Five Stars. Como el tiempo le sobraba, se dedicó a inundar San Miguel de Tucumán de casas de juego.
Como el tiempo le seguía sobrando, pensó en conducir un programa en Utilísima pero se decidió por crear Gerenciadora del NOA y empezó a gerenciar el fútbol de San Martín de Tucumán, club del cual es hincha y fue líder (junto a su hermano) de una facción de la barra brava, llamada justamente La banda de los Ale (no, si en originalidad tienen 10).
En ese momento nuestro club había tocado fondo. De jugar en primera división empezó a descender una categoría detrás de la otra hasta llegar a la liga local, consecuencia lógica de traer como DT a Teté Quiróz, y como joya a López Maradona.
Los primeros intentos para salir del pozo fueron en vano, pero llegó Carlitos Roldán, el actual DT y los éxitos no tardaron en llegar.
Junto con las victorias, se fueron evaporando cualquier crítica a la conducción de club y de la gerenciadora. Ya a nadie le importaba quien conducía los destinos del club.
Los éxitos lo envalentonaron y se animó a postularse a concejal por San Miguel de Tucumán, como candidato de Carlos Saúl Me**m. Gracias a Dios, Alá, Buda, Superman, quien sea, no fue electo.
En la próxima elección, justo cuando la provincia era noticia por temas sumamente penosos, volvió a la carga con la política, pero con un cargo más ambicioso: legislador. Su esposa, para no ser menos, se postuló para concejal, ambos candidatos del riojano más famoso por entonces, por el lema “Turf y Verdad”.
Si les parece gracioso el lema, sepan que también se postuló para legisladora Gladys La Bomba Tucumana. Gracias a los dioses, ninguno salió elegido. Ahh, también se postuló el Payaso Tapalín, una versión local de Piñón Fijo pero más gay. Claro que tampoco fue elegido.
Como aparentemente los cargos públicos no eran lo suyo se decidió a postularse para presidente del club y esta vez sí fue bendecido por la divina fortuna. Se preguntarán cómo pasó esto. Bueno, los éxitos deportivos sumado a que la única lista de oposición fue invitada educadamente a no presentarse. Lista única, elección garantizada.
Ahora, aún cuando su profesión es empresario, su nombre sigue siendo vinculado al delito por el imaginario (?) popular. Regularmente su nombre es vinculado a la trata de blancas, la droga, el juego ilegal, etc., casi como si fuera un mito urbano. Cuentan que si decís “Chancha” tres veces frente a un espejo en la oscuridad… No, mejor no les digo lo que sucede.
Su nombre sonó en el intento de secuestro del periodista Daniel Malnatti, mientras cubría un acto de Carlos Saúl Me**m en la provincia. También en la desaparición de Marita Verón, una chica que se sospecha fue secuestrada en un móvil de Cinco Estrellas para venderla en el mercado de trata de blancas. También en un ataque al diario La Gaceta, secuestrando toda, sí TODA, la edición de un día, para prenderle fuego a la vista de todo el mundo. Sospechosamente los móviles en que se trasladaban los atacantes pertenecían a Cinco Estrellas.
Ahhh, si vienen a Tucumán, les recomiendo subir a un móvil de Cinco Estrellas, es una experiencia religiosa (?). Ayer me subí a uno de ellos, y les cuento que el coche estaba lleno de alusiones a San Martín. Obviamente, el chofer, era de la barra brava del Santo y me contó que “La Chancha” estuvo reunido con Grondona, quien le dijo que este año San Martín asciende sí o sí.
Ahora imagínense estas palabras en boca de una mole de 1,97 m, con un tatuaje en el brazo que decía “Madre”, con dientes que pueden ser contados en un rápido vistazo, que los mira a los ojos, mientras con cada sílaba pronunciada golpea vigorosamente el volante con su puño derecho.
Ni bien terminó de decir esto se puso a cantar “San Martín, es un sentimiento, que se lleva, se lleva bien adentro…”. Mientras terminaba este verso, me miró como diciendo “cantá culiao”, a lo que respondí con “a los Santos los sigo adonde sea, soy ciruja, hasta que me muera”. Y luego a coro: “Y vamos Ciudadeeee, que vamo’ a volveeee”…
Hoy, otro de los mitos es que la cancha se va a agrandar, según se comenta préstamo mediante de la AFA y también según se comenta, la obra estaría a cargo de una empresa vinculada a un alto dirigente de AFA, cuyo apellido coincide con el del periodista político que ya nadie ve (Marianito).
Por supuesto, nadie, pero NADIE puede hacer la más mínima crítica al club o al DT o a los jugadores en la cancha, porque de inmediato unos señores los invitarán a calmarse y a retirarse a su casita si no empieza a alentar como corresponde. El único que se animó a criticar públicamente al DT fue su hermano, Ángel “El Mono” Ale. Curiosidades de la vida.
Por último, les dejo la siguiente sentencia de Rubén Ale, publicada en La Gaceta del viernes 08/02/08:
“En San Martín se está trabajando de la manera que esperábamos. A la directiva la conforman personas que realmente quieren al club. Todo camina perfectamente”. El tono del señor Ale es algo socarrón, como si con esa expresión el presidente de San Martín quisiera descargar parte de una rabia acumulada. ¿Por qué?
“La verdad, no entiendo a la persona que dice ser hincha y carga contra el club”, dispara el mandamás del “Santo”, quien aclara que son pocos, pero que a él eso lo incomoda, porque ensucian el buen trabajo de la dirigencia actual. “Todos esos destructores se van a llevar una sorpresa dentro de poco”.
Bueno, todo esto se olvidará rápidamente si San Martín consigue el ascenso, y me encontrarán en medio de una desaforada multitud celebrando en la Plaza Independencia entonando canciones alegóricas (?) a la situación. Si esto ocurre, quizás este señor sea entrevistado por Gastoncito Recondo mientras es exhibido como ejemplo de seriedad dirigencial.
Todo esto para contarles que el fornido muchacho que ven en la foto es el presi de mi querido San Martín de Tucumán. Su nombre: Rubén Ale, alias La Chancha. ¿Por qué en femenino y no en masculino? Nadie en su sano juicio aún se atrevió a preguntarle.
Paso a contarles la biografía no autorizada del muchacho en cuestión.
Históricamente en Tucumán existieron dos bandas, Los Ale y Los Gardelitos. Los primeros, comandados por nuestro protagonista y su hermano, Ángel “El Mono” Ale. ¿Por qué en masculino y no en femenino? Tampoco ningún ser con dos neuronas activas jamás se lo preguntó.
El bando rival prácticamente desapareció de la provincia, se dice, invitado gentilmente a dejar el terruño y afincarse en Buenos Aires.
El héroe de nuestro relato tuvo que soportar la ganga de dos añitos de cárcel por explotación de prostíbulos, aprietes y control del juego clandestino. Sumémosle a esto la sospecha por asesinato de policías. Lo que se dice un tipo que sufrió una tremenda campaña de prensa en su contra. Como si fuera poco, en los años ‘90 fue juzgado junto a su hermanito por asociación ilícita, aunque ambos fueron absueltos.
Como aparentemente este muchacho ya había desarrollado todas las actividades ilícitas habidas y por haber, empezó a transitar el camino de la pseudolegalidad, digamos que más pseudo que legalidad…
Instaló con capitales propios (?) la remisería Cinco Estrellas, cuyos móviles se caracterizan por poseer en su parabrisas justamente 5 estrellas. ¿Original, no? Seguramente se imaginan un móvil cinco estrellas: último modelo, aire acondicionado, un chofer muy bien educado, etc. Bueno, imagínense ahora todo lo contrario, y más aún.
La flota de autos llegó a ascender, según comenta la gente, a 3.000 autos, los cuales son utilizados por el poder de turno para trasladar a la gente a votar. Además, instaló un boliche bailable. ¿El nombre? Como Cinco Estrellas ya estaba en uso lo bautizó Five Stars. Como el tiempo le sobraba, se dedicó a inundar San Miguel de Tucumán de casas de juego.
Como el tiempo le seguía sobrando, pensó en conducir un programa en Utilísima pero se decidió por crear Gerenciadora del NOA y empezó a gerenciar el fútbol de San Martín de Tucumán, club del cual es hincha y fue líder (junto a su hermano) de una facción de la barra brava, llamada justamente La banda de los Ale (no, si en originalidad tienen 10).
En ese momento nuestro club había tocado fondo. De jugar en primera división empezó a descender una categoría detrás de la otra hasta llegar a la liga local, consecuencia lógica de traer como DT a Teté Quiróz, y como joya a López Maradona.
Los primeros intentos para salir del pozo fueron en vano, pero llegó Carlitos Roldán, el actual DT y los éxitos no tardaron en llegar.
Junto con las victorias, se fueron evaporando cualquier crítica a la conducción de club y de la gerenciadora. Ya a nadie le importaba quien conducía los destinos del club.
Los éxitos lo envalentonaron y se animó a postularse a concejal por San Miguel de Tucumán, como candidato de Carlos Saúl Me**m. Gracias a Dios, Alá, Buda, Superman, quien sea, no fue electo.
En la próxima elección, justo cuando la provincia era noticia por temas sumamente penosos, volvió a la carga con la política, pero con un cargo más ambicioso: legislador. Su esposa, para no ser menos, se postuló para concejal, ambos candidatos del riojano más famoso por entonces, por el lema “Turf y Verdad”.
Si les parece gracioso el lema, sepan que también se postuló para legisladora Gladys La Bomba Tucumana. Gracias a los dioses, ninguno salió elegido. Ahh, también se postuló el Payaso Tapalín, una versión local de Piñón Fijo pero más gay. Claro que tampoco fue elegido.
Como aparentemente los cargos públicos no eran lo suyo se decidió a postularse para presidente del club y esta vez sí fue bendecido por la divina fortuna. Se preguntarán cómo pasó esto. Bueno, los éxitos deportivos sumado a que la única lista de oposición fue invitada educadamente a no presentarse. Lista única, elección garantizada.
Ahora, aún cuando su profesión es empresario, su nombre sigue siendo vinculado al delito por el imaginario (?) popular. Regularmente su nombre es vinculado a la trata de blancas, la droga, el juego ilegal, etc., casi como si fuera un mito urbano. Cuentan que si decís “Chancha” tres veces frente a un espejo en la oscuridad… No, mejor no les digo lo que sucede.
Su nombre sonó en el intento de secuestro del periodista Daniel Malnatti, mientras cubría un acto de Carlos Saúl Me**m en la provincia. También en la desaparición de Marita Verón, una chica que se sospecha fue secuestrada en un móvil de Cinco Estrellas para venderla en el mercado de trata de blancas. También en un ataque al diario La Gaceta, secuestrando toda, sí TODA, la edición de un día, para prenderle fuego a la vista de todo el mundo. Sospechosamente los móviles en que se trasladaban los atacantes pertenecían a Cinco Estrellas.
Ahhh, si vienen a Tucumán, les recomiendo subir a un móvil de Cinco Estrellas, es una experiencia religiosa (?). Ayer me subí a uno de ellos, y les cuento que el coche estaba lleno de alusiones a San Martín. Obviamente, el chofer, era de la barra brava del Santo y me contó que “La Chancha” estuvo reunido con Grondona, quien le dijo que este año San Martín asciende sí o sí.
Ahora imagínense estas palabras en boca de una mole de 1,97 m, con un tatuaje en el brazo que decía “Madre”, con dientes que pueden ser contados en un rápido vistazo, que los mira a los ojos, mientras con cada sílaba pronunciada golpea vigorosamente el volante con su puño derecho.
Ni bien terminó de decir esto se puso a cantar “San Martín, es un sentimiento, que se lleva, se lleva bien adentro…”. Mientras terminaba este verso, me miró como diciendo “cantá culiao”, a lo que respondí con “a los Santos los sigo adonde sea, soy ciruja, hasta que me muera”. Y luego a coro: “Y vamos Ciudadeeee, que vamo’ a volveeee”…
Hoy, otro de los mitos es que la cancha se va a agrandar, según se comenta préstamo mediante de la AFA y también según se comenta, la obra estaría a cargo de una empresa vinculada a un alto dirigente de AFA, cuyo apellido coincide con el del periodista político que ya nadie ve (Marianito).
Por supuesto, nadie, pero NADIE puede hacer la más mínima crítica al club o al DT o a los jugadores en la cancha, porque de inmediato unos señores los invitarán a calmarse y a retirarse a su casita si no empieza a alentar como corresponde. El único que se animó a criticar públicamente al DT fue su hermano, Ángel “El Mono” Ale. Curiosidades de la vida.
Por último, les dejo la siguiente sentencia de Rubén Ale, publicada en La Gaceta del viernes 08/02/08:
“En San Martín se está trabajando de la manera que esperábamos. A la directiva la conforman personas que realmente quieren al club. Todo camina perfectamente”. El tono del señor Ale es algo socarrón, como si con esa expresión el presidente de San Martín quisiera descargar parte de una rabia acumulada. ¿Por qué?
“La verdad, no entiendo a la persona que dice ser hincha y carga contra el club”, dispara el mandamás del “Santo”, quien aclara que son pocos, pero que a él eso lo incomoda, porque ensucian el buen trabajo de la dirigencia actual. “Todos esos destructores se van a llevar una sorpresa dentro de poco”.
Bueno, todo esto se olvidará rápidamente si San Martín consigue el ascenso, y me encontrarán en medio de una desaforada multitud celebrando en la Plaza Independencia entonando canciones alegóricas (?) a la situación. Si esto ocurre, quizás este señor sea entrevistado por Gastoncito Recondo mientras es exhibido como ejemplo de seriedad dirigencial.
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